La frescura y vivacidad de este vino, junto con su acidez crujiente, lo convierten en un excelente acompañante para platos delicados y llenos de sabor. Combina a la perfección con mariscos suaves como tilapia, lenguado o vieiras. Las notas cítricas y herbáceas del vino realzan la dulzura natural de los mariscos, mientras que su acidez equilibra la riqueza, creando una sensación limpia y refrescante.
Para ceviche, la acidez vibrante del vino refleja los sabores ácidos del limón o la lima, potenciando la frescura del plato y resaltando las hierbas y pimientos. Los sutiles toques de frutas de hueso, como el durazno blanco, añaden una dulzura suave que redondea los sabores más ácidos, haciendo que cada bocado sea aún más vibrante.
Con sushi, el carácter fresco y crujiente del vino complementa los sabores ligeros y limpios del pescado crudo, destacando las texturas sin dominarlas. Las notas herbáceas combinan bien con ingredientes como pepino, aguacate y algas, que suelen encontrarse en el sushi, mientras que su acidez se equilibra con la salsa de soya o un toque de wasabi, creando una experiencia de sabor equilibrada.
Al disfrutarlo con queso de cabra fresco, la acidez del vino proporciona un contraste refrescante con el perfil cremoso y ácido del queso. Los tonos herbáceos del vino resaltan los sabores terrosos del queso, mientras que su frescura cítrica equilibra la riqueza, haciendo de este maridaje una experiencia tanto refrescante como satisfactoria.
Temperatura ideal: 8 °C